16 de febrero de 2017

Linda D'Ambrosio - Mi columna de hoy

  
Mi columna de hoy: de los nuevos logros de Graciela Zúñiga, artista venezolana y gran persona http://www.eluniversal.com/notic…/opinion/liminaridad_638633
LIMINARIDAD
El Café del Museo, de Santiago de Chile, ha albergado durante el mes de enero tanto la obra de la venezolana Graciela Zúñiga como las pinturas de la francesa Nicole Pibeaut.
Zúñiga, cuya trayectoria involucra exposiciones en Alemania, Chile, Japón, Corea del Sur y España, presentó un conjunto de pinturas agrupadas bajo el título de Liminaridad, palabra que proviene del latín y que se refiere a un estadio en que lo tradicional ha perdido vigencia, pero lo nuevo todavía no ha llegado a reemplazarlo. El concepto alude, evidentemente, a la idea de transformación, no solo en el ámbito de su trabajo, que refleja quizá nuevas búsquedas, sino también en el de los contenidos de su obra, que se sitúan en el umbral entre lo real y lo sentido.
La pintora venezolana, Graciela Zúñiga
La obra de Zúñiga, formalmente próxima a la abstracción lírica, se construye a partir de pequeñas parcelas de color informes que se yuxtaponen, plasmando infinitos matices de un mismo tono. Ello da como resultado atmósferas aparentemente monocromas, de gran luminosidad. Los contornos de cada uno de los elementos presentes en sus composiciones suelen desvanecerse suavemente, sin estridencias ni límites precisos, como si la calígine se densificara y los fuera desdibujando gradualmente.
Esta sensación de transparencia parece ser una constante en su trabajo, desarrollado también en otras técnicas como la tinta china y, obviamente, en el material que mejor sirve a este propósito: la acuarela.La artista, nacida en Caracas, comenzó su formación en Puerto Ordaz, alrededor de 1987.
Entre 1992 y 1996 estudió con los profesores Peter Krusche y Werner Steinbrecher en la Akademie für Bildende Kunst Vulkan Eiffel de Alemania. A continuación, se trasladó a Santiago de Chile, en donde asistió al taller de grabados de Pilar Domínguez.
En el año 2000 regresó a su Venezuela natal, y se radicó en la isla de Margarita, en donde condujo el proyecto Espacio Mínimo, suerte de galería en el que se procuraba la interacción directa del artista con el espectador. Allí permaneció hasta 2015, cuando decidió acometer una segunda experiencia en Chile, país en el que reside actualmente.
Liminaridad es la segunda exposición que realiza desde su más reciente traslado; la primera tuvo lugar poco después de su llegada bajo el título de Memoria del espacio.
Graciela, en paralelo con sus actividades artísticas, también ha desarrollado una intensa labor docente, tanto en Venezuela como en Chile y Alemania. Sus talleres “Pintar con todos los sentidos”, “Camino a la abstracción” y “El color de la luz” le han deparado grandes satisfacciones.
Más allá de lo formal, su trabajo refleja otras preocupaciones trascendentes, como la inquietud por las manifestaciones arquetípicas que afloran en los rituales personales de cada quien y que traducen, sin embargo, su identidad como miembro de un grupo y como individuo que se encuentra en interacción con las fuerzas de la naturaleza y de su propia cultura.
Por ello, la obra se concibe como el resultado de un proceso que se ha iniciado en otro momento y en un lugar quizá remoto. Lo atávico, lo ancestral y lo primitivo se hace presente en obras como Conexión con la tierra o Concilio de sabios, donde puede percibirse la silueta inconfundible de los tepuyes guayaneses.
Produce gran satisfacción constatar cómo va cosechando reconocimiento esta creadora, que define sus paisajes como “una puerta colocada en forma horizontal para que el cielo pudiera traspasarla y entrar en casa”. Un éxito que indiscutiblemente se merece por su infatigable trabajo y que, sin duda, honra el gentilicio venezolano.

"Liminaridad" - Café del Museo