Mi
columna de hoy: de los nuevos logros de Graciela Zúñiga, artista venezolana y
gran persona http://www.eluniversal.com/notic…/opinion/liminaridad_638633
LIMINARIDAD
El Café
del Museo, de Santiago de Chile, ha albergado durante el mes de enero tanto la
obra de la venezolana Graciela Zúñiga como las pinturas de la francesa Nicole
Pibeaut.
Zúñiga,
cuya trayectoria involucra exposiciones en Alemania, Chile, Japón, Corea del
Sur y España, presentó un conjunto de pinturas agrupadas bajo el título de
Liminaridad, palabra que proviene del latín y que se refiere a un estadio en
que lo tradicional ha perdido vigencia, pero lo nuevo todavía no ha llegado a
reemplazarlo. El concepto alude, evidentemente, a la idea de transformación, no
solo en el ámbito de su trabajo, que refleja quizá nuevas búsquedas, sino
también en el de los contenidos de su obra, que se sitúan en el umbral entre lo
real y lo sentido.
La
pintora venezolana, Graciela Zúñiga
La obra
de Zúñiga, formalmente próxima a la abstracción lírica, se construye a partir
de pequeñas parcelas de color informes que se yuxtaponen, plasmando infinitos
matices de un mismo tono. Ello da como resultado atmósferas aparentemente
monocromas, de gran luminosidad. Los contornos de cada uno de los elementos
presentes en sus composiciones suelen desvanecerse suavemente, sin estridencias
ni límites precisos, como si la calígine se densificara y los fuera
desdibujando gradualmente.
Esta
sensación de transparencia parece ser una constante en su trabajo, desarrollado
también en otras técnicas como la tinta china y, obviamente, en el material que
mejor sirve a este propósito: la acuarela.La artista, nacida en Caracas,
comenzó su formación en Puerto Ordaz, alrededor de 1987.
Entre
1992 y 1996 estudió con los profesores Peter Krusche y Werner Steinbrecher en
la Akademie für Bildende Kunst Vulkan Eiffel de Alemania. A continuación, se
trasladó a Santiago de Chile, en donde asistió al taller de grabados de Pilar
Domínguez.
En el
año 2000 regresó a su Venezuela natal, y se radicó en la isla de Margarita, en
donde condujo el proyecto Espacio Mínimo, suerte de galería en el que se
procuraba la interacción directa del artista con el espectador. Allí permaneció
hasta 2015, cuando decidió acometer una segunda experiencia en Chile, país en
el que reside actualmente.
Liminaridad
es la segunda exposición que realiza desde su más reciente traslado; la primera
tuvo lugar poco después de su llegada bajo el título de Memoria del espacio.
Graciela,
en paralelo con sus actividades artísticas, también ha desarrollado una intensa
labor docente, tanto en Venezuela como en Chile y Alemania. Sus talleres
“Pintar con todos los sentidos”, “Camino a la abstracción” y “El color de la
luz” le han deparado grandes satisfacciones.
Más
allá de lo formal, su trabajo refleja otras preocupaciones trascendentes, como
la inquietud por las manifestaciones arquetípicas que afloran en los rituales
personales de cada quien y que traducen, sin embargo, su identidad como miembro
de un grupo y como individuo que se encuentra en interacción con las fuerzas de
la naturaleza y de su propia cultura.
Por
ello, la obra se concibe como el resultado de un proceso que se ha iniciado en
otro momento y en un lugar quizá remoto. Lo atávico, lo ancestral y lo
primitivo se hace presente en obras como Conexión con la tierra o Concilio de
sabios, donde puede percibirse la silueta inconfundible de los tepuyes
guayaneses.
Produce
gran satisfacción constatar cómo va cosechando reconocimiento esta creadora,
que define sus paisajes como “una puerta colocada en forma horizontal para que
el cielo pudiera traspasarla y entrar en casa”. Un éxito que indiscutiblemente
se merece por su infatigable trabajo y que, sin duda, honra el gentilicio venezolano.