31 de mayo de 2009

...el universo hace todo lo que puede para ayudarse

“En verdad, el universo hace todo lo que puede para ayudarse. Estamos entrando en un tiempo en donde eso va a resultar obvio. Donde parezca no haber esperanza, va a aparecer el apoyo, y donde todo parezca como que no hay salida, vamos a encontrarla. Vamos a ver la luz para atravesar la oscuridad. Es un tiempo de gran esperanza en el que estamos entrando”.
-Drunvalo Melquizedek- (Entrevista)


El texto completo de esta entrevista, lo recibí de una gran amiga, y yo a la vez, gracias a este maravilloso medio, también lo reenvié. No sólo me parece maravilloso y esperanzador, si no, que coincide con mi propia experiencia de vida en estos momentos. Me encuentro vivenciando circunstancias preciosas en las cuales el universo vestido de mujer, de taller, de hermano, de amigos, de proyectos, se hace presente y “hace todo lo que puede para ayudarse”. En este espacio sólo deseo comunicarles una pequeña parte de ello, la que aplica al arte, parte muy importante de mi vida: Anne-Marie Herrera me invitó a compartir su mágico taller, con todo lo que ello implica.
GUARURA se encuentra muy cerca del cielo asuntino, puedes tocar con una mano el campanario de la segunda Catedral más antigua de Venezuela, y con la otra, las montañas que rodean la Asunción. Es como una torrecilla vecina al campanario. Asciendes por una escalera estrecha cuyos escalones tienen peligrosas y desiguales diferencias de medidas entre un escalón y otro. Antes de comenzar el ascenso por las escalinatas, tienes además, varias tentaciones que salvar, el aroma de ricos platillos que se preparan en la cocina de CASA CAFÉ, la esquina de los helados, las tienditas de colores llamativos. Cuando por fin estás arriba, te sobrecoge el campanario, las montañas, la brisa, y es entonces cuando le toca al sentido de la vista ir descubriendo entre marcos, espejos, tallas de madera, dibujos, pinturas, juguetes, papeles, fotografías, recuerdos, algo especial, para llevarse a casa, para regalar, para atesorar, para jugar, o simplemente, sentarse a conversar con Luis Guillermo, con Anne-Marie, con Mateo, con Natalia, con Zoé… y desde ahora en adelante, conmigo también, quién me siento realmente dichosa de incorporarme a este grupo, para jugar, digo, para trabajar en proyectos que nos lleven a jugar…