7 de marzo de 2011

TIEMPO MARGARITEÑO


La obra crece a partir de un proceso de recolección de encuentros con la naturaleza de la isla que me cobija, en una experiencia de habitarla lentamente, casi sin que me diera cuenta, son pedacitos de ella que se me regalan cuando con ellos tropiezo al caminar por la playa, o con lo que deja un aguacero, o al despedirse el sol de cada día, o en un acercamiento animal y humano, o la brisa, o la noche, y su gente.

Cada Velada me pregunto: ¿qué puede regalarle la isla a la Velada? ¿Qué puedo llevar en mis bolsillos? - el “tiempo”, el “Tiempo Margariteño”…

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