Unos días antes del comienzo de una experiencia oriental, mágica, nos tomamos esta foto. No es muy buena que digamos, más fue una auto captación de un instante en el que salimos de la Sociedad Progreso, con algunas cosas que ajustar, como por ejemplo, que no teníamos mesas para el trabajo, y que en vez de comenzar a las 8:30 a.m. sería a las 10:00 a.m. dado que una actividad de karate se llevaría a cabo de todas maneras y a pesar del taller de caligrafía. "No pasa nada", nos dijimos y continuamos con el trabajo.Se cumplió el objetivo del cupo de participantes, un grupo heterogéneo, de todas las edades, género y procedencia, la sala se llenó por todos los rincones, de mesas, sillas, papeles, tinta, pinceles, y nos sumergimos en un mundo completamente hermético hasta ese día, lleno de interrogantes sobre si escribiríamos chino, dibujaríamos zen, o entenderíamos chino. de todas maneras no me atrevo a explicarlo, sólo sé que es una experiencia mística, mágica, meditativa, creativa, y que si desean investigar al respecto, les invitamos al próximo taller.
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